Usted sabe que el ejercicio es bueno para el cuerpo, pero ¿sabe lo bueno que también es para el cerebro? El ejercicio aeróbico regular, como correr, andar en bicicleta y nadar, preserva las células cerebrales existentes al tiempo que fomenta el crecimiento de otras nuevas. De hecho, un estudio reciente publicado en el American Journal of Geriatric Psychiatry muestra un vínculo entre la actividad física moderada a largo plazo y un aumento en el volumen del hipocampo: el área del cerebro que se ocupa de la formación de recuerdos a largo plazo. Esta área es la primera en sufrir daños en la enfermedad de Alzheimer.
Si no es un deportista regular o simplemente no lo ha hecho en mucho tiempo, a continuación le ofrecemos algunos consejos para comenzar.
Primero, visite a su médico.
Él o ella puede evaluar su estado físico, hacerle saber si es seguro comenzar a hacer ejercicio y decirle qué tipos son los mejores para usted.
Haga un seguimiento de su progreso.
Registre su ejercicio diario en un diario para que pueda ver cuánto ha hecho. Apunte a 30 minutos de ejercicios cinco días a la semana.. Use un rastreador de actividad, como un Fitbit™ o un podómetro para registrar sus pasos diarios. La mayoría de las personas deben tener una meta de aproximadamente 10,000 pasos al día.
Equilibre su actividad.
En su régimen de ejercicios es importante incorporar actividad aeróbica (por ejemplo, caminar, andar en bicicleta, nadar), junto con entrenamiento de fuerza (por ejemplo, levantar pesas, Pilates o yoga) y ejercicios de equilibrio (por ejemplo, tai chi, yoga). Los ejercicios de entrenamiento de fuerza, elongación y equilibrio son útiles para mejorar su estado de ánimo y mejorar su concentración y habilidades para tomar decisiones, mientras que lo mantiene fuerte, flexible y capaz de moverse bien a medida que envejece. Independientemente de lo que haga, asegúrese de comenzar a calentar y preparar sus músculos cada vez que haga ejercicio.
Déle a su cuerpo un buen combustible para correr.
Asegúrese de beber mucha agua para mantenerse hidratado. Coma comidas y bocadillos que sean ricos en fibras, como avena, frutas y verduras, frijoles, tofu y pescado.
Considere la posibilidad de inscribirse en un ensayo clínico
Los investigadores de salud mental están estudiando el ejercicio físico como una intervención de tratamiento para personas que tienen problemas para pensar y de memoria. Algunos de estos estudios ofrecen programas de ejercicio personalizados y gratuitos con un entrenador físico.
Para obtener más información sobre el ejercicio, incluido un plan semanal sugerido y cómo calcular su ritmo cardíaco objetivo, visite healthybrains.org/pillar-physical.
Si usted o un miembro de su familia están interesados en participar en un ensayo clínico, comuníquese con nosotros en [email protected].